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Carta a Lundi Emilia:

Décimo mes

                                                                        Marzo 14, 2021

Ahora si mi ratoncito estamos celebrando

diez meses de gestación y diez meses de tu

vida en este mundo terrenal, es decir que

llevamos conociéndonos 20 meses en total,

pero tú y yo sabemos que nos conocemos

de otras vidas y que nuestra historia ya

estaba escrita en el libro de las maravillas 

de mundo, que alegría volvernos a encontrar

ahora en estos cuerpos donde yo te nutro con

tu leche de vida y tú me hinchas el cuerpo del

más grande amor.

Gracias pequeño Pingü eres mi pedacito

más delicioso que tengo yo en mi corazón.

¡Niña linda me parece mentira lo que te voy decir ahora en este siguiente párrafo porque es algo que en realidad es inimaginable, bueno pues espero estés sentadita bien bonita en tu colita rosadita con tu pañalito y la gran noticia es que en este mes me vacunaron contra el covid, a mí me parece aun mentira, pero es cierto, hoy el día de tu cumple mes me están poniendo la segunda dosis de la vacuna!!!! Algo que una vez vi tan lejano y casi imposible se está haciendo hoy realidad a tus 10 meses de vida.  Me parece increíble pensar que hace un año por estas fechas nos estaban mandando al encierro porque ni trabajar se podía, recuerdo que la primera vez que me di cuenta que esto iba en serio fue cuando algo cambio en nuestra rutina de las mañanas, en esa caminata que hacíamos juntas para ir a trabajar, ¿recuerdas como yo te iba describiendo todo lo que iba viendo y pasaba a nuestro alrededor?

Empezábamos con el reporte del clima y de los planes que teníamos durante el día, buscábamos entre cortinas y persianas unos perritos y gatitos vecinos para saludar, luego para acortar el camino nos metíamos por unos almacenes donde la mejor parte de la caminata esperaba siempre sentada en un café, y es que cuando girábamos en una esquina veíamos a lo lejos en ese café sentados a 4 o 5 señores con sus periódicos y sus tazas en la mano platicando, muy pocas veces pude agudizar el oído para escuchar de lo que hablaban pero nunca con certeza pude saber de qué trataban sus conversaciones, lo más curioso de ese encuentro era el french poddle blanco del señor que siempre estaba con shorts, él le llevaba siempre una toallita la cual acomodaba en el piso para que así el perrito se pudiera acomodar mientras él y sus amigos pasaban la mañana entre sorbos de café e intercambio de opiniones, a ti y a mí nos gustaba ver al perrito en su toallita, o a veces en las piernas del dueño mientras era muy acariciado y apapachado, nos imaginábamos a ese perrito aburrido hasta el infinito pero luego nos daba mucha alegría al ver como la gente pasaba y lo saludaba, nos preocupaba cuando no lo veíamos pero luego descubrimos un pequeño arbusto al que iba a orinar. Ya después de pasar junto al perrito seguíamos nuestro recorrido, cruzábamos por la esquina de la peste y le decíamos así porque había dos contenedores grandes de basura que olían muy mal, luego caminábamos junto a la clínica donde nos hacían los controles médicos, después teníamos que subir una montaña de flores que en la medida que tu ibas creciendo esa montana nos costaba más trabajo subir, al final después de recuperar el aliento pasábamos por la calle de la colillas, y es que todos los empleados de un hospital se reunían a fumar allí y tiraban sus colillas al piso, también podía pasar que había gente fumando, así que teníamos que cambiarnos de acera para no morir asfixiadas con el olor del humo, y ya por ultimo llegábamos al hospital donde tu nacerías unos meses después el cual estaba cruzando la calle de donde yo trabajaba. Y así recorriendo esos puntos turísticos tan pintorescos nos distraíamos en nuestras caminatas matutinas todos los días.

Pero un día algo paso, ¿recuerdas el nudo en mi garganta?, ¿el vacío en mi estómago? ¿y mi voz entre cortada tratando de explicarte lo que mis ojos no podían entender al ver que el café estaba cerrado y que hoy no había ni señores, ni café, ni perrito consentido que nos alegrara el día? No se aun como fue que eso me hizo darme cuenta de la dimensión de lo que estábamos viviendo, de que este virus estaba cambiando nuestro modo de vivir, fue así como se canceló la celebración de tu bienvenida con amigos que tenían planeada para llenarte de regalos y apapachos, luego cancelaron la compañía de tu papá a las  visitas del obstetra, luego se cancelaron los cursos profilácticos donde nos iban a enseñar desde controlar el dolor en el parto hasta cambiar pañales y preparar mamilas, luego cancelaron la compañía de doulas en el parto, luego cancelaron vuelos, viajes, playas, parques, restaurantes, pequeña nos cancelaron hasta el papel higiénico y los antojos porque habían arrasado con todo en los supermercados, teníamos miedo de salir, nos daba pánico abrir la puerta de imaginarnos que el virus estaba esperándonos afuera, nos cancelaron todo. La historia desde allí se vuelve más lúgubre y desoladora y mejor eso lo dejamos para otra ocasión por que hoy lo que quiero celebrar son tus 10 meses de vida y el día en que tu mamá está siendo vacunada, el día en donde empezamos a ver el principio del final, no se pequeña cuanto más tiempo pasara para reencontrarnos con el perrito blanco, pero espero llegue ese día pronto y venzamos nuestra timidez y nos presentemos y les digamos a esos señores y a su perrito lo especial que eran en nuestras caminatas matutinas, por ahora procuremos cancelar este virus.

 

¡Bueno y entre otras noticias más chéveres y menos aburridísimas está el aplauso! ¿Tú sabes corazón mío que antes en la prehistoria de la televisión, cuando había audiencia en los shows en vivo existía un aparatico que le decía a la audiencia cuando podían aplaudir, reír, hacer exclamaciones como ohhhhh o ahhhh o WoooOOoo y así controlar un poco lo que la gente sentía o quería decir? Una locura verdad? Bueno si te hubieran invitado a ti en este último mes, tu llegarías lista y sin inhibiciones mostrando tu destreza a la hora de aplaudir, y es que requiere mucha coordinación poner esas dos manitas de bojote de mojicón a palmotear, pero ahora lo haces hasta dormida, también cuando estas tomando leche y es de las primeras cosas cuando te levantas, seguro andas celebrando que esta vida es muy divertida y lo feliz que eres.

Este mes después de muchas cancelaciones pudimos ir finalmente al zoológico de la visita vale la pena resaltar al león feroz que rugía y rugía lo cual nos sorprendió mucho pero mayor sorpresa fue cuando se dio la vuelta y a todos los que estábamos allí nos esparció su orina! Aplausos verdad?? ¡Bueno creo que no salimos tan perjudicadas, recuérdame por favor contarte de cuando me orino una iguana!! Al parecer los animales salvajes me tienen en la mira. Hablando de animales salvajes me recuerda lo piraña que andas, porque ahora como andas toda creída con tus 6 dientes pues me has dado varios mordiscos bien dolorosos mientras te estoy amamantando, hay veces que me da miedo darte leche por el temor a la piraña que hay en ti, por lo que más quieras corazón, ¡no me muerdas!!

 

Bueno corazón esta carta ya se extendió mucho y yo ando con un sueño desactualizado de hace 10 meses, así que mejor aprovecho que aun duermes para ir a meterme a la cama contigo, mañana ya será otro día de nuevas aventuras, de gatear sin parar, de balbucear, gritar, reír, llorar, de seguir parándote en lo que puedas y de donde puedas mientras yo seguiré detrás de ti procurando menos caídas y menos chichones.

Te adoro pedacito de chicharrón.

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