Noviembre 14, 2020

Mi pequeñita niña, 

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Hoy tengo tantas cosas que contarte,

en este último mes han pasado miles

de acontecimientos que estoy casi segura

que ya olvidé la mitad, estas creciendo

tan rápido y yo solo me quedo atónita

de ver cómo estás cambiando.

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Dentro de los grandes acontecimientos es

que ya estás yendo a la guardería, es

una casita pequeña con unos cuantos niños

más y con la profe Christina que es brasilera.

Yo quisiera poder tener todas las garantías del mundo para saber que este es el lugar ideal para ti, yo quisiera poder controlar todo de tal forma que me asegure que tu bienestar estará garantizado, yo quisiera tener todas las respuestas y quisiera tener toda la experiencia de todas las madres del mundo para así darte lo mejor, pero no tengo garantías, no puedo controlar nada, no tengo las respuestas, al contrario tengo millones de preguntas, y soy muy muy inexperta vida mía, ahora entiendo con más claridad porque dicen que cuando un bebe nace también nace la madre, y es que ”yo” la de hoy, la de ahora, también cumple seis meses, quizás es por eso que yo también le doy mordidota a tu pastel. Así que hoy, antes de contarte las mil cosas más que han pasado este mes, quiero en esta carta pedirte una disculpa de antemano si es que alguna de las decisiones que he tomado o que tomaré en el futuro no han sido o serán las correctas, no sabes cómo me duele ver si siento que me equivoqué y eso te pueda afectar, quisiera ser un escudo para protegerte contra todo pero parece que a veces debo protegerte de mí, y es que buscando ese ideal de ser la madre perfecta, me pierdo y termino dando vueltas sin sentido.  Perdóname niña linda de ojitos de capulín.

 

Bueno y dentro de las miles de cosas que este mes han pasado, una también muy importante es que hemos probado nuevos sabores, como la pera, la manzana, el plátano, la papa dulce, el brócoli, la zanahoria y definitivamente sin lugar a duda el sabor de mayor preferencia tuya es: ¡la mantequilla de maní! Jajaj pequeña linda, seguro debes pensar que esos sabores están Ok, pero el nivel que alcanzó la mantequilla de maní en tu vida es algo superior!

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También pasó que “celebramos” tu primer Halloween y bueno escribo celebramos entre comillas, porque no hubo tal celebración, seguimos en modo Covid y pues aventurarnos a celebrar está aún muy lejos de esta realidad, pero te hice un disfraz de murciélago donde cosí unas alitas y unas orejitas y así con tu carita tan murcielaguezca quedaste bellísima y así fuiste a presumir tus colmillos muecos a la guardería y  cuenta la leyenda que ese día dormiste tu siesta colgada del techo.

Otro acontecimiento que empezó a suceder es que mágicamente trasladaste toda tu humanidad pequeñita de tu cuna a nuestra cama, y es que seguro te diste cuenta que esa cama era tan grande como una casa y que todos podíamos caber allí sin problema y pues así lo hiciste, ahora estas durmiendo con nosotros, la excusa inicial fue que pasabas frio en esa cuna tan solitaria y triste,  y puede que sí, porque ahora duermes divino y te sientes más calientica, al parecer Botones escucho el chisme que en esa cama se duerme muy rico porque ahora somos cuatro los que nos acurrucamos y nos calentamos allí. Lo más lindo es cuando despertamos y nos vemos todos así con ojitos dormilones y nos damos cuenta que no fue un sueño, que todos estamos juntos y somos muy felices, luego nos levantamos y nos asomamos por la ventana y damos los buenos días: Buenos días arbolitos, buenos días las ramitas, buenos días las piñitas, buenos días señor sol, buenos días cielo, buenos días pajaritos, yo soy Lundi Emilia y ya desperté.

 

Te quiero infinito murciélago mío.

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